Escorts, chicas de compañía, prostitutas de lujo, callgirls… cualquiera de estos nombres puede servirnos para describir lo que podría resumirse en la expresión “mujer perfecta”. O, mejor aún, “mujer soñada convertida en realidad”. Hablar de escort es hablar de una mujer a la que le cuadran a la perfección conceptos como los de elegancia, discreción, sensualidad o erotismo.
En la pirámide de la feminidad, la señorita de compañía ocuparía la cúspide. Hablar de escorts es hablar de mujeres de pieles sedosas y suaves, de curvas que invitan a la concupiscencia, de miradas afrodisíacas, de espíritus libres y aventureros que, guiados por la pasión y la lujuria, se adentran en caminos que recorren toda la geografía del placer haciendo astillas el concepto de tabú.
Y es que la prostituta de lujo sabe que la vida, la verdadera vida, la nos conecta con lo más profundo de nuestra animalidad, con nuestro puro instinto, palpita y vive más allá de las fronteras siempre caprichosas y un tanto dictatoriales que se nos dicta desde la moral o desde las costumbres sociales.
¿Qué es una escort?
Rebelde contra todo lo que nos aleje de esa animalidad primaria y gozosa, una escort de lujo nos propone un viaje que nos lleva al centro de nosotros mismos, a ese espacio en que nuestro yo más íntimo emerge desde las profundidades para mostrar sus deseos y exhibir sus fantasías, esos sueños lúbricos cuajados de erotismo que nunca se cumplieron y que siempre permanecieron a la espera, emboscados, aguardando el momento de hacerse realidad.
Indagar en la etimología de las palabras es una buena manera de comprender su significado y todos los matices del mismo. Indagar en la etimología de este término nos obliga a bucear en el magma lingüístico de la lengua italiana. Es en ella donde encontramos el término “scorta”, un término que significa “acompañamiento” y que, por uno de esos caprichosos viajes que las palabras realizan a través de las lenguas, llegó al castellano a través del inglés.
Así, al ver que el término escort guarda etimológica y, por tanto, íntima relación con la idea de acompañamiento, comprendemos hasta qué punto las callgirls son mucho más que unas simples proveedoras de servicios sexuales. En ese sentido, la expresión “chica de compañía” resulta muy clarificadora y visual.
La acompañante de alto standing ofrece compañía, compañía integral, compañía que va más allá de lo sexual, compañía que no rechaza la satisfacción sexual, el estallido del placer, la llegada al orgasmo, la meta del éxtasis, pero que la coloca como la culminación de una experiencia integral en la que interviene lo animal, sí, pero también lo social y lo cultural.
Si todavía tienes dudas de como son, aquí puedes ver unas cuantas escorts en Madrid y así saciarás tu curiosidad.
Servicios de una callgirl
Y es que la callgirl es la acompañante perfecta para acudir a cualquier tipo de evento. En una inauguración, en una cena de negocios, en una sesión de teatro, en una feria… esta mujer sabrá comportarse en cualquiera de esos espacios (y en muchos otros) a la perfección y nos hará sentir hombres especialmente envidiados.
Porque ella no sólo pondrá a nuestro alcance un exclusivo y nutrido catálogo de servicios eróticos, también pondrá a nuestra disposición su saber estar, su discreción, su elegancia, su saber desenvolverse en cualquier tipo de ambiente. Eso será, finalmente, lo que la distinga de la siempre respetada aunque simple prostituta.
Una prostituta de renombre puede destacar por la exuberancia irresistible de sus pechos, por la carnosidad tentadora de sus labios, por su dominio absoluto de las más diversas artes del placer erótico o por una combinación casi demoníaca de todos esos factores. Pero esa profesional, para serlo de lujo, para pertenecer al grupo exclusivo y elitista de las acompañantes eróticas, deberá destacar además por la riqueza de su conversación, por su afabilidad y don de gentes, por su insinuante sensualidad, por su manera casi artística de atemperar los deseos para, domándolos con sabiduría, satisfacerlos finalmente cuando aquéllos, espoleados por los múltiples encantos de una mujer de este tipo, hayan alcanzado su máxima expresión.
Contactar con una acompañante de lujo
Disfrutar de la compañía de una callgirl, sea independiente o preste sus servicios a través de una agencia, bien sea en su apartamento privado, en un cuarto de hotel o en nuestro propio domicilio, implica disfrutar de todo de lo que hemos venido hablando en este artículo: de una experiencia integral de compañía femenina presidida en todo momento por la exclusividad y en la que la lujuria sólo es la otra cara de la moneda de elegancia.
Callgirls, prostitutas de lujo, escorts, chicas de compañía, masajistas eróticas de lujo etc. están esperándote para hacerte vivir una experiencia así… Si eres de la ciudad condal este es el referentes de Escorts Barcelona.
Renunciar a ellas es renunciar a descubrir matices insospechados del placer. Y por favor, no las llames putas.